“Lleno de alegría dejé todo atrás”

“Llena de alegría lo he dejado todo.”

Regina Widmann recuerda con una sonrisa cuando, con poco más de veinte años, a un paso de casarse, eligió ingresar a la comunidad de las Misioneras Seculares Scalabrinianas. Hoy han pasado más de 30 años y ella se ha convertido en la responsable de este Instituto que se inspira en el carisma de Juan Bautista Scalabrini. Sin signos externos que las distingan, las misioneras trabajan y desarrollan profesiones en los más diversos ambientes y contextos de las sociedades multiétnicas de nuestro tiempo para transformar desde dentro cada realidad en una experiencia de encuentro y acogida.

Entrevista a Regina Widmann, responsable general de las Misioneras Seculares Scalabrinianas

• El 9 de octubre, el Papa Francisco proclamará santo a Juan Bautista Scalabrini. ¿Cómo llegó Scalabrini a tu vida y por qué elegiste convertirte en misionera secular scalabriniana?

Vengo de un pequeño pueblo en el sur de Alemania. No conocía a Scalabrini ni tampoco la emigración. Buscaba el sentido de la vida y me preguntaba cuál era el plan de Dios para mí. Estaba a punto de casarme cuando conocí ‘por casualidad’ a la comunidad de las Misioneras Seculares Scalabrinianas. No sé cómo explicarlo, pero desde el principio experimenté una alegría que se hacía cada vez mayor y me llevó a dejarlo todo: mis planes, mis seguridades, mis relaciones. Me sorprendió que, aunque antes eran muy importantes para mí, ahora se habían convertido en cosas pequeñas. Lo tenía todo, pero me faltaba esa alegría que veía en las misioneras y sentía que ese también era mi camino. Entré en la comunidad por alegría, sin saber nada sobre los migrantes.

Mi primer encuentro con el mundo de la migración fue con italianos que habían emigrado a Stuttgart en los años 80. Eran hombres solitarios que vivían en barracas o viviendas colectivas cerca de las fábricas y dormían en habitaciones llenas de literas. Nosotras, las mujeres, íbamos a verlos acompañadas por el padre Gabriele…, un misionero scalabriniano. Aprendí italiano al conocer a estos hombres que hacían grandes sacrificios por sus familias en Italia y eran muy dignos. Les llevábamos una sonrisa y un momento de consuelo. Volvían a su casa una vez al año por Navidad y nosotras íbamos a la estación a despedirlos. Recuerdo que la voz del altavoz que anunciaba el tren a Milán era en italiano. Un señor me contó que sus hijos, cuando lo veían regresar, le decían: “No nos molestas, es solo que ya no estamos acostumbrados a tu presencia en casa”. Fue un gran sufrimiento para él.

• ¿Cómo llevan adelante las Misioneras Seculares Scalabrinianas el carisma de Scalabrini?

Nuestro Instituto Secular, el tercer instituto de vida consagrada en la Familia Scalabriniana, nació en Solothurn, Suiza, con Adelia Firetti el 25 de julio de 1961 en medio de las migraciones del sur al norte de Europa. Conocimos a Scalabrini a través de sus misioneros. En nuestro camino nos hemos dejado guiar por su corazón universal, por la apasionada centralidad de Jesucristo crucificado y resucitado en su vida. Reconocemos en la emigración un ‘lugar teológico’, un lugar donde Dios se revela y nos encuentra. Nos sentimos llamadas a compartir la espiritualidad scalabriniana ante todo en la forma sencilla en que vivimos las relaciones.

A menudo los migrantes y refugiados, sintiéndose acogidos, nos dicen: “En las relaciones hemos encontrado nuestra nueva patria”. Lo han perdido todo pero tienen sed de una relación profunda que se convierte en esperanza, fuerza para seguir adelante.  

• En tus años de servicio, ¿hay algún encuentro que te haya marcado especialmente y que lleves en el corazón?

La Diócesis de Stuttgart nos había invitado a caminar con los migrantes más marginados, que en los años 80 eran turcos musulmanes expuestos a una gran ola de xenofobia. También les incendiaban las casas. Las familias me contaban que tenían cubos llenos de agua en sus casas porque “nunca se sabe…”. Había mucho miedo. Yo visitaba a estas personas para acercarlas a una Iglesia que camina con cada hombre y cada migrante. De hecho, “allí donde el hombre sufre está la Iglesia”. Recorría el barrio y llamaba a las puertas con nombres turcos. Me sorprendía cómo me recibían. Los encuentros más hermosos eran en el hospital: ante el sufrimiento, ante el misterio de la Pascua, realmente podemos encontrarnos en lo profundo, más allá del idioma, la religión y la cultura diferentes. Lo importante no es el hacer: sí, vivimos nuestra consagración secular en los ambientes más diversos, en las profesiones, pero la secularidad necesita una relación fuerte con Dios para poder ver (reconocer) cómo el Espíritu actúa en nosotros y en los demás. Scalabrini decía que la parte más viva y poderosa de nuestro apostolado es la contemplación: es la relación con Dios la que nos hace ver cómo Él se da al hombre y transforma nuestro dolor y esperanza y el de los migrantes en oración. Nuestro Dios es un Dios que baja para caminar con nosotros y llevarnos al Padre.

En los últimos años, compartiendo la vida con refugiados cristianos, hemos recibido un gran testimonio de fe: nos enseñan que el único tesoro verdadero es la fe. Pienso, por ejemplo, en los refugiados eritreos, los cristianos de Irak, que por la fe se han visto obligados a huir y a menudo nos dicen: “Lo hemos perdido todo, pero nuestro oro es la fe”.

• Hoy, el tema de la inmigración se ha convertido en una bandera política, ¿cómo se puede seguir el ejemplo de Scalabrini y ser capaz de ver en el otro a un hermano necesitado de ayuda?

Scalabrini tenía una relación fuerte con Dios, estaba enraizada en él. Debemos dejarnos mirar por Dios, por el amor de un Dios que busca al hombre para caminar con él. Si descubrimos cómo somos amados, no podemos dejar de ver la belleza en los demás también. Somos el Cuerpo de Cristo; en su Cuerpo somos hijos en el Hijo de Dios y somos hermanos y hermanas con todos. Ya somos una sola familia humana. Mi vida ya pertenece al otro en Jesús. Debemos intentar hacer espacio a Jesús para que Él pueda amar a través de nosotros. Nuestros maestros en el amor son los migrantes, los encarcelados, los enfermos. Nos interpelan, nos despiertan. Los jóvenes que encontramos tienen muchas preguntas, pero aún no han encontrado la verdadera Vida. En nuestros Centros Internacionales los reunimos con migrantes, los formamos en el arte del encuentro. Son verdaderos laboratorios de relaciones, donde jóvenes de diferentes lenguas, culturas y orígenes aprenden a mirar al otro con ojos nuevos. Los jóvenes son nuestro futuro, y trabajamos con ellos para que crezca la fraternidad y la valoración de la diversidad.

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[ITALIANO]  Regina Widmann -responsabile generale della nostra comunità- ricorda quando ha scelto di entrare a far parte delle Missionarie Secolari Scalabriniane.

“Llena de alegría lo he dejado todo”. Regina Widmann recuerda con una sonrisa cuando, con poco más de veinte años, a un paso de casarse, eligió ingresar a la comunidad de las Misioneras Seculares Scalabrinianas. Hoy han pasado más de 30 años y ella se ha convertido en la responsable de este Instituto Secular que se inspira en el carisma de Juan Bautista Scalabrini. Sin signos externos que las distingan, las Misioneras trabajan y desarrollan profesiones en los más diversos ambientes y contextos de las sociedades multiétnicas de nuestro tiempo para transformar desde dentro cada realidad en una experiencia de encuentro y acogida.   
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[ESPAÑOL]  Entrevista a Regina Widmann, responsable general de las Misioneras Seculares Scalabrinianas.
“Llena de alegría lo he dejado todo”. Regina Widmann recuerda con una sonrisa cuando, con poco más de veinte años, a un paso de casarse, eligió ingresar a la comunidad de la Misioneras Seculares Scalabrinianas. Hoy han pasado más de 30 años y ella se ha convertido en la responsable de este Instituto Secular que se inspira en el carisma de Juan Bautista Scalabrini. Sin signos externos que las distingan, las Misioneras trabajan y desarrollan sus profesiones en los más diversos ambientes y contextos de las sociedades multietnicas de nuestro tiempo, para transformar desde dentro toda realidad para que se vuelva experiencia de encuentro y acojida.    » Leer más ---------------------------------------
[PORTUGUÊS]  Entrevista com Regina Widmann, responsável geral das Missionárias Seculares Scalabrinianas.
“Cheia de alegria deixei tudo”. Regina Widmann recorda com um sorriso quando, aos vinte e poucos anos, a um passo do casamento, optou por ingressar nas Missionárias Seculares Scalabrinianas. Hoje se passaram mais de 30 anos e ela se tornou a responsável deste Instituto Secular que se inspira no carisma de João Batista Scalabrini. Sem sinais externos que as distingam, as Missionárias trabalham e exercem profissões nos mais diversos ambientes e contextos das sociedades multiétnicas de nosso tempo, para transformar cada realidade de dentro numa experiência de encontro e acolhida.      » Leia mais