Este fue el tema de la Scalabrini Fest 2024 propuesta por las Misioneras Seculares Scalabrinianas en Solothurn, en Suiza, en el Centro Internacional Scalabrini el primer fin de semana de mayo. Y es realmente un gran sueño el que reunió a los cerca de 400 participantes provenientes de 32 países y residentes en Suiza, Alemania, Italia, Luxemburgo y Francia: jóvenes y adultos, familias con niños y adolescentes; personas locales, migrantes, refugiados, estudiantes internacionales; representantes de la diócesis de Basilea, de los Misioneros Scalabrinianos, de algunas unidades pastorales y misiones lingüísticas de la región, del Centro Misionero de Piacenza… ¡Una gran diversidad de procedencias, profesiones, historias! La intensa tarde del sábado comenzó con un Foro en el que Daniele Supino (de origen italiano y profesor en el liceo de Solothurn), Antonella Torchiaro (originaria de Calabria y médica en Roma), Shadi Rbat (llegado de Siria como solicitante de asilo en Alemania y ahora doctorando en electrotecnia) y Anna Fumagalli (una misionera secular scalabriniana) compartieron su experiencia. Voces a contracorriente respecto al clima generalizado que querría desmentir el sueño de la fraternidad y de la paz: un sueño no solo arraigado en el corazón de cada hombre y mujer, sino el mismo sueño de Dios. En el intercambio en pequeños grupos nos encontramos compartiendo la alegría de comprometernos – cada uno de manera diferente – para que todos los hombres y mujeres de la tierra se reconozcan parte de una familia y aprendan a vivir los unos para los otros, a cuidarse mutuamente. Una vivacidad que recordó la actualidad de las palabras pronunciadas por el santo Obispo G.B. Scalabrini en Nueva York en 1901: “Los colaboradores de Dios, que incluso inconscientemente trabajan para el cumplimiento de sus designios, son numerosos en todos los tiempos, pero en las grandes épocas históricas de cambio, hay más de los que se conocen, más de los que se piensa”.

La tarde culminó con la Misa celebrada en la catedral y presidida por el Obispo de Basilea, Mons. Felix Gmür, durante la cual todos pudieron también alegrarse por el "sí" pronunciado por Antonella Torchiaro – con los votos de pobreza, castidad, obediencia – al proyecto de vida de las Misioneras Seculares Scalabrinianas. En particular, al inicio de la celebración Adelia Firetti, con quien en 1961 comenzó en Solothurn el camino de las Misioneras Seculares Scalabrinianas, y Regina Widmann, actual responsable general, expresaron una especial gratitud por la presencia del Obispo Felix y por la cercanía de la Diócesis de Basilea desde los inicios hasta hoy. La fiesta continuó con un refrigerio para todos en el Centro Internacional Scalabrini. Y aún continúa en la gratitud por tantos que de diferentes maneras la han hecho posible. Béatrice Panaro
Misioneras Seculares Scalabrinianas Deutsch || Français

